jueves, 16 de diciembre de 2010

Transformaciones agrarias y proceso de industrialización en la España del siglo XIX

Resumen
Agricultura y ganadería
     El proceso de la revolución liberal burguesa se inicia en España en 1808 y concluye aproximadamente treinta años después. Tuvo como protagonistas a la burguesía liberal y a la aristocracia terrateniente.
     Los intereses de la burguesía y los de la aristocracia eran coincidentes, ya que el nuevo concepto de propiedad que tenía la burguesía la liberaba de las servidumbres del sistema señorial.
Bases jurídicas
     La revolución liberal implicaba la adopción de una serie de medidas jurídicas que tienen como objetivo eliminar las servidumbres vinculadas a la propiedad del Antiguo Régimen.
     La renovación de la titularidad de la tierra sufre modificaciones gracias a las desamortizaciones, la desamortización de Godoy, la desamortización eclesiástica general y la desamortización civil y general. Los objetivos de la desamortización eran: reformar la estructura de la propiedad, obtener recursos para la Hacienda, y lograr el apoyo popular para la causa liberal. Los beneficiarios de la desamortización serán los campesinos ricos y acomodados, la burguesía urbana especuladora y absentista, y la aristocracia terrateniente.
     Desaparece casi por completo la aparcería y se impone definitivamente el contrato de arrendamiento.
     La producción agraria, en el régimen señorial, tenía una serie de cargas fiscales a diferentes instituciones, Estado, aristocracia e Iglesia, que consumían la mayoría de los excedentes.
El siglo XIX: Expansión y crisis de la agricultura
     La expansión económica del siglo XIX se debe a la integración del consumo interior, gracias a la mejoría de los transportes. Se termina con el policultivo de subsistencia, pasando a la especialización regional.
     Pero el verdadero impulso de la agricultura española se debe a la desamortización de los montes comunales y a la introducción de la ganadería mular en detrimento del vacuno y el lanar. Además, se consolida el cultivo de la patata y el maíz.
     El sector agrícola entra en crisis a partir de 1880. La crisis económica supone una reducción del consumo. Se mejora la tecnología de la producción de aceite de oliva. El vino sufre la plaga de la filoxera.
La industrialización
     La industria en España llega de la mano de las instituciones públicas y del capital extranjero. Los sectores autóctonos recurrieron al proteccionismo para aguantar el empuje de los productos extranjeros.
Las fuentes de energía
     Las fuentes de energía clásicas son la hidráulica y la eólica, pero están limitadas a una localización concreta. El carbón, y la máquina de vapor, liberan a la industria de esta dependencia.
     El ferrocarril y el barco se hacen imprescindibles para llevar los productos industriales a los mercados.
El carbón
     El carbón es la fuente de energía principal, y se emplea en la siderurgia para producir acero. El carbón desplaza a las pequeñas industrias y al consumo doméstico local, y se desarrollan una serie de siderurgias asociadas como las de Duro, Felguera, Mieres, Asturiana del Zinc o Trubia.
     En 1891 caen drásticamente los fletes del comercio marítimo, con lo que el carbón británico llega a Bilbao a un precio mucho más barato que el asturiano.
     También en Andalucía hay un intento de construir una región siderúrgica, pero la dificultad de encontrar carbón a buen precio, y a pie de fábrica, hacen fracasar el proyecto.
Las industrias extractivas
     En 1868 España es la primera productora mundial de plomo, pero las empresas que lo explotan son de capital extranjero, británico sobre todo, que era a donde se exportaba.
     También se desarrolla la minería del cobre y la de la pirita, y la industria eléctrica y química, con la fabricación de jabón, vidrio, ácido sulfúrico, etc., en las compañías de Río Tinto y Almadén.
     El principal centro de producción de mineral de hierro es el País Vasco. El sistema empleado para la fabricación de acero es el sistema bessemer, que ahorra mineral y carbón.
El textil
     También la industria textil se desarrolla en España gracias al impulso del capital británico. En 1780 llegan a Cataluña las primeras Spinning Jenny que se perfeccionan para poder aprovechar la energía hidráulica, tan abundante en Cataluña, inventando, así, la bergadana.
     El arancel de 1891 permite la importación de algodón en rama, lo que supone una ventaja para la producción textil y la superación de la crisis.
La siderurgia
     En la fabricación de hierro en España, se puede diferenciar por regiones: Asturias y Vizcaya.
     Hacia 1826 la mayoría de las ferrerías tradicionales habían desaparecido, o se habían modernizado. Los primeros altos hornos en el País Vasco se instalan en 1841, año en que se trasladan las aduanas a la costa.
     Asturias tenía la ventaja del carbón. Para evitar el precio del carbón, en el alto horno de El Carmen, en Vizcaya, se instala un sistema tipo chenot que consume carbón vegetal y hulla.
     En 1883 la fábrica de El Carmen instala un horno con sistema bessemer, lo que sitúa a la planta a la altura tecnológica de las mejores empresas de Europa, y con unos precios muy competitivos.
La industria química y eléctrica
     La industria química se desarrolla gracias al sector agrícola, a las papeleras, a la industria del jabón y a la industria textil. Sin embargo, esta actividad tiene una gran dependencia exterior, ya que las patentes son extranjeras; y los capitales, en gran medida, también; patentes de Cros, Solvay o Nobel.
     La electricidad se obtiene de la hulla, en pequeñas centrales que satisfacen una demanda local cercana.
La formación del mercado nacional
El transporte terrestre
     Las nuevas tecnologías, que pone a nuestra disposición la revolución industrial, permiten transportar los productos elaborados en grandes cantidades y a largas distancias.
     El ferrocarril impulsa la industrialización y hace posible unas comunicaciones rápidas y fáciles. Se convierte en la columna vertebral del país, ya que une los centros productores con los consumidores.
El transporte marítimo
     El transporte marítimo también sufre un profundo proceso de modernización. Se mejoran los puertos con nuevas construcciones e infraestructuras, como la red de faros y el aumento del calado.
     Los barcos comienzan a utilizar máquinas de vapor para moverse. Pero la máquina de vapor ocupa mucho espacio por lo que en principio los barcos de vapor son poco competitivos.
El comercio
     El comercio deja de ser local para pasar a ser nacional, gracias a la reducción del tiempo de transporte, que hace rebajar los precios unitarios y aumenta la seguridad del comercio a larga distancia.
     Para regular esto, se promulga el Código de Comercio en 1829. También se eliminan las tasas y los impuestos indirectos sobre el comercio.

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